Hoy logré sortear un nuevo desafío. Hace años que no tenía una presentación en vivo, esta vez fue como parte de un grupo folclórico del lugar donde trabajo.
La última vez fue para mi matrimonio, en el año 2013, aunque aquella vez fue en un ambiente de más confianza. Una situación similar a la de hoy la viví hace 16 años, en una presentación en la Universidad de Concepción, en un bingo organizado por uno de los sindicatos, donde interpreté en el teclado 2 canciones.
Reconozco que estaba nervioso, aunque nunca tanto como cuando me presentaba cuando era adolescente. Esos nervios hacen de esta pasión algo muy especial, la adrenalina corre por el cuerpo, se acelera el corazón y sólo quieres que llegue el momento para darlo todo y salga como salga.
Hoy pudo salir mejor. Es cierto, sólo supimos el lunes que debíamos presentar hoy una versión reducida de la presentación que tenemos mañana. Es parte de mi escencia no conformarme en algo que me apasiona tanto.
Estoy muy expectante por la nueva Meta que alcanzaré mañana. Será un momento inolvidable, nuevamente acompañado de mi fiel compañera d mil batallas: la música.
Estoy muy expectante por la nueva Meta que alcanzaré mañana. Será un momento inolvidable, nuevamente acompañado de mi fiel compañera d mil batallas: la música.
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