domingo, 27 de diciembre de 2020

2020, año de contrastes: hogar, teletrabajo y música

Hace mucho tiempo que no escribo seguido, el tiempo se me hace escaso. Era cierto eso que pensaba cuando chico, que el tiempo a esa edad no pasa nunca, se hace eterno, y de grande se haría velocísimo. Y así no más es.

Llevo 9 meses trabajando en casa. Estamos juntos en familia en eso. En pandemia, nuestro hogar se ha transformado en el templo del trabajo, del estudio, de la creatividad, de la cocina, del estrés y del desestrés, de los pasatiempos, del compartir en familia. De todo.

He estado en muy contadas veces expuesto al exterior. Situaciones muy puntuales. Me he tomado con mucha seriedad mi exposición al coronavirus. Sé que soy un privilegiado en ese sentido y, por lo mismo, me lo he tomado con mucha responsabilidad. Y con agradecimiento.

En casa se trabaja más, se siente más responsabilidad por cumplir, no sólo con tu trabajo, sino con las responsabilidades de todos, y hacerlo bien y ojalá mejor. Hubo un momento que se tuvo que definir un límite entre la vida laboral y la familiar dentro de casa, tanto en horarios como en espacios. El que piense que trabajar en casa es "más fácil", debo decir que, como todo en la vida, tiene sus pros y contras.

En lo social, ha sido un año de muchos contrastes. Chile quiere vivir un proceso de transformación, de solidaridad, de crecimiento social-económico para todos. Esto lo ha ratificado, por amplia mayoría, en un plebiscito para redactar una nueva constitución en democracia, algo que celebramos en familia como corresponde. Vimos una luz de esperanza al final del camino. Y ante esto, los que no llevaban caretas y los que se les cayeron harán lo posible para que los cambios no ocurran. Sabemos que será difícil y los cambios, si se dan, empezarán a verse reales en muchas décadas más. Esto lo hacemos no por nosotros, sino por nuestros hijos y nietos, y en honor a nuestros padres, abuelos y antepasados.

En lo personal, saqué adelante un nuevo proyecto musical instrumental, titulado "Los Últimos Días Soleados", el segundo de una trilogía de temas dedicados al anime Ranma 1/2. Conté con la colaboración de la artista visual chilena Saotome Nanda para la portada del álbum. Quedó simplemente maravillosa (dejo los links al final).

Proyecto "Los Últimos Días Soleados". Portada por Saotome Nanda

Ya estamos en diciembre de 2020 y vemos un 2021 inserto en la pandemia que será difícil superar. Sólo esperamos como familia seguir juntos, sanos y aportando en lo que podamos para hacer de este país un lugar mejor para vivir todos.

Y, por supuesto, se vendrá un nuevo proyecto musical instrumental para completar la trilogía. Ojalá dentro del primer trimestre tenerlo listo.

A continuación dejo los links:

Facebook de Saotome Nanda

Instagram de Saotome Nanda

YouTube de Saotome Nanda

Los Últimos Días Soleados En YouTube

Los Últimos Días Soleados en SoundCloud

viernes, 17 de abril de 2020

Rutina y contingencias: la sociedad y yo

Hace más de un año que no entraba. El trabajo, la familia y los proyectos personales dejan poco tiempo para reflexionar en palabras escritas.

En el último año han pasado muchas cosas y a la vez pocas: la rutina. Sí, esa maldita palabra que se apodera de nuestras vidas a medida que van pasando los años. No siempre es malo tener una rutina, lo malo es cuando dejas que se apodere de tu vida. Es posible que me haya pasado en el último año, aunque sí admito que han habido momentos bonitos, especialmente en familia.

En general, el año 2019 no fue un buen año, pensando más en el entorno. Un país que se somete a las idioteces de políticos y personas influyentes con baja inteligencia dura y emocional está condenado a sufrir innecesariamente. Luego, el despertar social, el tan esperado estallido de la sociedad, el decir "basta!" con esa energía acumulada, fue una luz de esperanza hacia el final del año.

Estallido Social "Chile Despertó", una luz de esperanza.

Sin embargo, cuando todo pronóstico era alentador en cuanto a cambios, aunque sea mínimos, para salir de este asesino e injusto estatus quo, llegó la otra contingencia, la sanitaria.

Y aquí estamos, sometidos nuevamente a las idioteces de políticos y personas influyentes con baja inteligencia dura y emocional. Cuando creíamos que las caretas se habían caído, nada más preciso que ocurra una contingencia mucho más letal para que nuevas caretas vuelvan a caerse. Las crisis sacan lo mejor y lo peor de las personas. Esa frase cliché me hace tanto sentido hoy en día. Hoy, donde no pocos están pensando en cómo salvar la economía y sus negocios, yo estoy pensando en cómo proteger a mi familia y a mí mismo, para tener un futuro posible en esta sociedad cada vez más polarizada y dividida entre la individualidad y la solidaridad (no confundir con caridad).

Crisis sanitaria en Chile, conjunto de malas decisiones e improvisaciones, un caos constante. 

No obstante, trato de ser agradecido. Tengo salud (aún), tengo comida (aún), tengo trabajo (aún), ningún familiar o conocido cercano con problemas (aún). Estoy con teletrabajo (aún), para cuidar mi salud lo más posible. He vuelto a la música, esto de las contingencias me dio un segundo aire inspirador para traspasarlo a lo que mejor sé hacer. Además, trabajando desde casa puedo estar más tiempo con mi familia, aunque esté todo el día trabajando, el hecho de sentirlos a metros de mí es algo tranquilizador. Sin duda, siempre se puede estar mejor o peor, sin duda. Pero, por ahora, hay que vivir más que nunca el presente, ni siquiera el día a día, sino el minuto a minuto.

¿Proyecciones? No me atrevo ni a pronosticar para 1 hora más. ¿Ahora? Respiro y sonrío (aún).