¿Es cliché la frase "las decisiones importantes nunca son fáciles de tomar"?
Puede ser, pero sin duda es cierto. La vida te pone por delante retos, desafíos y distintos caminos, los caminos de la vida. ¿Qué camino tomar? Algunos toman el que se ve a simple vista más fácil de recorrer, otros el más corto al que aparentemente lleva al destino, otros el que se ve más desafiante. Las opciones son múltiples. ¿Cuál tomar?
A medida que se gana en edad y experiencia, se van agregando factores a considerar para tomar una decisión más acorde a las expectativas de cada persona. No existe una sola mejor decisión, sino la más adecuada.
¿Qué se busca en la vida? ¿Cuáles son las motivaciones que hacen decantar por una u otra opción? ¿Qué cosas son importantes? ¿Qué no se está dispuesto a transar? Son éstas y otras preguntas que al responderse van dando pistas importantes sobre qué camino es el más adecuado para ese momento.
Responder esas preguntas no es algo fácil, por ende, las decisiones tampoco lo son. Sin embargo, y sin duda, una vez escogido el camino, no hay que mirar atrás. Si es el camino correcto, hay que seguir con todo; si no lo es, sacar las lecciones correspondientes para tomar una mejor decisión en el futuro, sin arrepentimientos, pues todo sirve para seguir hacia adelante.
