lunes, 28 de abril de 2014

Múltiplos de felicidad


Por años me han gustado cosas que por razones de tiempo, familia y prioridades se dejan de hacer o se les deja a un lado.

Qué importante es cuando tu pareja quiere que le compartas eso que tanto te gusta y lo termina aceptando por todo el amor que existe entre ambos. Con eso, se puede estar juntos y seguir haciendo lo que tanto te gusta, a su debida medida.

Pero más lindo es que a esa persona le termine interesando y gustando... La felicidad se multiplica.

Cambios en vísperas del frío otoñal

Siempre me ha gustado más el otoño que las demás estaciones, las razones son muy particulares:

- Hay días soleados y días nublados, me gusta que todos los días no sean iguales.
- El color del paisaje se torna naranjo y café claro, por la decoloración de las hojas y por los atardeceres.
- No hace tanto frío ni tanto calor, sensación ideal para mi cuerpo, por lo menos cuando tengo más reservas de energía en el cuerpo (una manera suave y sutil de decir "cuando estoy más gordo").
- Es la estación donde estoy de cumpleaños, me gusta juntarme con los que más quiero por cualquier excusa para celebrar.

Si la comparo con las demás estaciones, también existen grandes diferencias de por qué la prefiero:

- El invierno es helado y lluvioso, y casi nunca se ven rayos del sol.
- La primavera también me gusta, pero como soy alérgico sufro un poco.
- El verano es muy caluroso, no me gusta sentir mucho calor.

Sin embargo, ahora que estoy sin tantas reservas de energía en el cuerpo, siento más frío que de costumbre, así que me tendré que acostumbrar, considerando que me mantendré en este peso, ojalá bajando aún más.

Miro por la ventana de mi oficina. El sol ya no alumbra ni calienta de la misma forma. Quisiera que estuviésemos en la etapa final del verano. Principios de marzo sería ideal. No tendría los pies helados, no tendría que recurrir vilmente a los brazos de mi esposa para obtener calor (aunque en realidad me gusta aprovecharme de eso), ni tendría que estar pensando qué haremos en invierno para no pasar frío.

Los cambios nunca son fáciles, especialmente si hablamos de la alimentación y de la sensación de calor y frío. Tendré que buscar en los roperos si es que encuentro algo para abrigarme más los pies.