domingo, 27 de septiembre de 2015

Porque esta vida es una agridulce sinfonía

"Porque esa vida es una agridulce sinfonía...". Así comienza la canción Bittersweet Symphony del grupo The Verve, lanzada en 1997 e incluida en su álbum Urban Hymns.

Siempre asocio estos temas con la comida, no entiendo muy bien por qué...

Nunca olvidaré ese primer día junto con algunos compañeros de universidad cuando un ejecutivo de Essbio nos invitó a almorzar comida china al restaurante Feng, en Concepción, con motivo del comienzo de nuestra memoria de título en su empresa (año 2006, hace rato ya). Fue mi primera experiencia con la comida agridulce y, luego de aquello, mi relación y mi concepción de la comida cambió drásticamente. Luego, ese sabor se reinventó en mi paladar al comer por primera vez comida tailandesa, tanto en San Pedro como en Los Ángeles, años más tarde. Fue como un re-enamoramiento con los sabores.

Porque los sabores simples son obvios, predecibles y aburridos, con la vida pasa lo mismo. Porque esta vida no sería lo mismo sin ese toque de amargura, porque sólo de cosas dulces el ser humano se aburriría en su metro cuadrado, y porque sólo de cosas agrias el sentido se perdería con facilidad.

Esta vida, con los ingredientes adecuados, en el momento adecuado, se transforma tal como una sencilla tonada de dos acordes a una compleja pero fascinante sinfonía orquestal.

Bittersweet life is more fun.

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