viernes, 11 de septiembre de 2015

Lindas criaturas que sacan sonrisas

Ayer le comentaba a mi esposa que un tierno amiguito me empezó a acompañar en la caminata matutina.

Sin darme cuenta, hace unos días, a eso de las 7:15 de la mañana (madrugada aún en esta parte del planeta), saliendo de la villa donde vivo, vi sobre el húmedo camino una sombra que acompañaba a la mía. Miré hacia atrás y era un perrito negro que caminaba tras mis pasos.

Ya lo había divisado hace unas semanas, su silueta se nos está haciendo familiar entre los vecinos.

Me acompaña unos 7 minutos, un poco más de la mitad de mi caminata hacia la primera locomoción que tomo todas las mañanas. Debe ser el límite de su territorio. De vuelta en las tardes, me lo encuentro generalmente en la entrada de mi villa y me acompaña por la calle donde está mi casa.

Me ha sacado algunas sonrisas y, aunque no es todos los días, lo disfruto.

"Gracias por tu compañía, amiguito. Nos vemos mañana".

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