Me han dicho que soy un soñador. Me han dicho que no vale la pena seguir pensando que algún día se cumplirán los sueños. Me han dicho que viva mi realidad y que me olvide de lo que parece imposible. En realidad, me han dicho muchas cosas así, aunque también, no muchos, me han dicho lo contrario.
¿Qué son los sueños? ¿Para qué sirven los sueños? ¿Realmente no valen la pena? Los sueños, los deseos y los anhelos, para mí, son una meta, son alcanzables, son realizables, son una motivación. ¿Por qué? No sé, será porque no sueño, deseo o anhelo algo que sé que jamás podré tener, concretar o poseer. Para esos "imposibles", en mí queda una sensación de vacío desagradable y me olvido rápidamente de ellos. No pierdo mi tiempo en añorar lo que sé que <<no>>.
Si existe una posibilidad que se cumpla, ahí está siempre, no dejándome tranquilo, convirtiéndose desde un improbable en algo maravillosamente palpable.
En ese sentido, no me considero un soñador, sino un concretador a largo plazo, un realizador de sueños, un saciador de deseos, un cumplidor de anhelos. Un sincero positivo.
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