Hay una chinita verde en una de mis plantitas de la oficina. Eso me hace recordar que en mi casa también hay "cositas" adornando y sujetando las plantas. No sólo sirven para decorar, también para sostener a los tallos y hojas que son víctimas de su propio peso.
¿Qué sería de nosotros sin ese apoyo?, ¿sin ese sostén?, ¿sin ese cable a tierra? Así como los tallos y hojas de las plantas terminan por doblarse por su propio peso, nosotros nos vemos envueltos en tantos problemas cada día y terminamos sucumbiendo ante ellos, pero ahí están las personas que nos aman y nos cuidan.
Todos tenemos una o más chinitas verdes en nuestras vidas que nos entregan su amor y cariño, ayudándonos a hacer más agradable el pasar por la vida. Sólo hay que saber cuidarlas y amarlas tal como ellas lo hacen con nosotros, para también transformarnos en una de las chinitas verdes de su vida.
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